…Tus manos me rozan, el silencio se impone, tu mirada me habla, tu pelo me desarma; el aire impulsa otro calor. Tú me tienes y para mí eso es todo. La vida se detiene, el brillo de esta escena me hace sentir viva, pero más allá de solo estar tu y yo; la noche nos habla, el cielo nos refresca la tibia necesidad de estar ahí, solos tu y yo boca arriba a la nada, pegados como dos desconocidos que quieren descubrir algo más. El olor a ti me recuerda cuanto hemos vivido, mi mirada perdida hacia tus gestos, tu pelo, tus manos, tus labios, me tranquilizan. El suspiro de tenerte renueva mi vida, me calienta en esta noche tan fría, donde todo es más lindo porque estás a mi lado. Ya no hay vida sin ti, ya no hay recuerdos en los que no te encuentro, ya no hay sonrisas sin tu presencia, no hay oscuridad si estas a mi lado. El cielo abierto y solos tu y yo, la vida contra el reloj y solos tu y yo, el viento nos despeina y aun así solo estamos tu y yo. El refugio de esta noche son tus palabras y el temor de esta noche son las mías. Si no queremos hablar el intento nos perdona, si no podemos respirar, sé que aun en la nada, como justo ahora estamos, bajo el calor de esta noche, tus ojos me van a mirar, tus manos me van a rozar, tus labios me van a besar…
Escrito por María Karla Larrondo González.